Levitando en tu aroma
duermo sola en mis noches,
hasta que el sol se asoma
y los trunca con broches.
Bendito tu aroma
que todo lo invade
en el aire se asoma
y nada en mí lo evade.
Penetra en mí entero,
en mi piel de lava
con disparo certero
me transforma en tu esclava.
Como un humo invisible
me recubre entera,
y mi cuerpo sensible
lo adora y venera.
Y se sabe inmenso
y todopoderoso
y hasta me convenzo
de que es oro precioso.
Casi puedo tocarlo,
darle forma de luna,
sentirlo y acariciarlo
y que al fin a mí se una.
Si por momentos se va,
lo busco desafiante
para comprobar que está
como siempre, como antes.
Me excita y me activa
me impulsa y me eleva
y me siento altiva
y a tu lado me lleva.
Me embriaga el corazón,
y me cosquillea el vientre
y me nubla la razón
cual vino efervescente.
Como calor me sofoca
y te sueño despierta
te ansío junto a mi boca
en mis noches desiertas.