Si sólo por unos segundos pudiera cerrar los ojos y viajar en mi tiempo… Si sólo por unos segundos pudiera hacerlo, cambiaria mi perseverancia por tranquilidad.
Me dejaría guiar por mi instinto y no dejaría escapar con un ligero movimiento de manos, lo que en aquel momento me rozaba sin apenas darme cuenta.

Si sólo por unos segundos mirara hacia atrás, le diría a todos aquellos que me quieren, que no les fallaría, que mi inteligencia estaría por encima de mi estupidez y lograría sin grandes meritos no pisar de nuevo la piedra que tanto daño me hizo al caer en ella.

Si sólo por unos segundos hubiera desaparecido mi corazón, no habría tirado por tierra ni mis principios ni mis promesas. Habría corrido en la dirección que marcaba mi cabeza con una gran flecha para no perderme y hubiera dudado del perfecto mundo de colores que me pintaban.

Si sólo por unos segundos me hubiera parado en el reflejo de mi mar de dudas, si sólo por unos segundos me hubiera mirado… Todo lo que ahora me rodea no habría sido más que el recuerdo desvanecido de una elección que con sonrisa recordaría ahora… Y que sin miedo ni vergüenza relataría llevando como título -Usa protector solar-

Si sólo por unos segundos no hubiera creído en sus ojos, si nada me hubiera cejado, ahora no sentiría como mi corazón se encierra en una habitación con unas paredes que cada día se hacen, más y más pequeñas…
Habría dado un paso adelante, firme, duro… Y habría gritado en voz alta, el miedo que sentía a equivocarme, pero lo segura que estaba de ello.

Si sólo por unos segundos volviese atrás… Le miraría a los ojos y le dejaría claro lo difícil que era no quererme. Asegurándole que ganarme y tenerme era más complicado de lo que él podía conocer. Le haría saber lo grande que era mi corazón lleno de esperanza s y sueños. Le haría saber que mi experiencia valía más que cualquiera de sus palabras.

Le haría saber que sus regalos no eran más que objetos comprados y le haría saber que mi regalo perfecto era su constancia en mí. Si sólo por unos segundos pudiera cerrar los ojos y viajar en el tiempo… Cambiaria ese día por cualquier objeto comprado. Y así, quizás, a día de doy podría relatar una historia totalmente distinta… Podría quizá, rozas de nuevo con las manos la felicidad que reinaba en aquel mar que hasta entonces, había vivido en calma.

Colaboración de Yala
España