En la larga noche, del tiempo y del espacio
allá donde el alma va a buscar a su Creador
se atropellan galaxias y galaxias
en el más grandioso palpitar de vida y muerte.
Es ahí donde se encuentran los dos, súper colosos
ocupando cada nada, cada cuerpo
el espacio, llenando lo infinito
y el tiempo, a cada segundo más eterno.
Y colgado en algún vértice de estos
columpiándose en la cuerda de sus sueños
se encuentra un ser, finito y muy pequeño
pensando con neuronas de cilicio
cómo conquistar el Universo.
No importa que los seres humanos no comprendamos a nuestro Dios. Lo importante es que él nos entienda y nos tenga paciencia.
Colaboración de Hugo Fredy Aros
Colombia