Perdóname el dolor a veces.
Perdóname la tristeza siempre,
y la soledad,
(así es como llamo a tu ausencia).
Perdóname la alegría si te tengo un poco,
los encuentros, los versos,
mi pobre vida.
Perdóname la esperanza todavía
(aun la tengo sin dármela
y la asumo como único alimento).
Colaboración de Cesar
España