Quiero sentir tus manos en mi cuerpo,
jalando, apretando, acariciando.
Quiero oler tu piel, morder tu lengua y saborear tu saliva.
Quiero sentir tus labios en mi oreja;
sentir tu respiración mientras me dices que te haga
todo lo que yo quiera.
Y luego,
cuando encuentre la grieta aterciopelada de tu sexo,
acariciarla, abrirla y llenarme con su olor y su textura,
después de haber acariciado el suave vello de tu pubis
y de haber metido una mano por debajo de tu ropa interior.
Y después, poseerte:
deslizar mis manos por debajo de tus nalgas,
levantarlas y morderte en el cuello, los hombros,
los pezones erectos de tus pechos;
¡cualquier sitio al que puedan llegar mis dientes!