Introducción

La ciudad de Florencia, está situada al norte de la región central de Italia. Es un centro histórico, artístico, económico y administrativo; considerada como una de las cunas mundiales del arte y de la arquitectura.

Relato

Desperté a las 7:15 hrs. para empezar mi investigación a través del tiempo. Me puse una vestimenta apropiada para la situación; delgada y cómoda. Llegué al laboratorio a las 8:00 hrs.; me examinaron, y supervisaron que todo estuviese en orden. A las 8:15 hrs. me introdujeron en la cámara del tiempo; era bastante pequeña, gris y triste, hacía mucho frío. Cuando ya habían pasado cinco minutos, un espantoso olor entró en escena. Me fui quedando poco a poco dormida en el lugar; mi cuerpo se iba cayendo en el suelo.

Cuando desperté, me encontré en una ciudad totalmente diferente. Esta ciudad estaba rodeada por una gran muralla; puertas y puentes levadizos formaban parte de ella. Las calles eran muy estrechas y polvorientas. Las edificaciones eran de gran altura; castillos y campanarios destacaban dentro de la ciudad. Hacía mucho calor, lo cuál hacía que un olor horroroso llegara hasta mi nariz. A medida que caminaba, me iba dando cuenta de que todas las casas eran muy iguales entre sí; todas estaban pintadas de un tono pastel, y la mayoría estaba compuesta por dos pisos.

Si ocurría algún incendio, muchas casas se verían afectadas, ya que estaban muy juntas entre ellas, además, todas eran de madera. Me costó mucho avanzar por la ciudad; la gente caminaba de una forma muy agitada y bulliciosa; cuánto más me acercaba al centro de la ciudad, más gente iba apareciendo; el olor sofocante y horroroso del principio iba aumentando.

Cuando por fin logré llegar a mi destino, me encontré con un verdadero lugar de abastecimiento, el mercado. La gente se paseaba observando todos los precios y valores existentes. Detrás de cada casa, existía un pequeño huerto que daba al otro lado de la calle; la gente local dependía de la actividad agrícola; además, miles de comerciantes ambulantes transitaban por el lugar. De pronto, una escena poco atractiva llamó mi atención; un hombre estaba haciendo “sus necesidades vitales” entremedio de dos casas; esto era un verdadero “baño público”.

Miré hacia abajo y no lo podía creer; miles de desechos se encontraban botados en el suelo, al parecer, las casas carecían de baños, y de agua; no existían los alcantarillados. La orina y los excrementos de aquel ser humano, se encontraban casi en mis pies. La higiene era pésima (sin mencionar que ninguna calle tenía acera, y que cientos de perros, ratones, gallinas, gatos y cerdos transitaban por el lugar, dando origen a unas enfermedades).

Luego de haber visto tal escena, unas carretas y algunos carruajes bastante especiales aparecieron en el acto. Estaban guiadas por animales de carga; y por los visto, sólo las utilizaban los más sofisticados. Al parecer, era el único medio de transporte existente, aparte de “la caminata humana”. Se acercaba la hora de almuerzo, y no sabía qué hacer. Seguí a unos jóvenes hasta una plazuela bastante alegre; el sonido de los carruajes, y el ajetreo de los habitantes, hacía que el lugar tuviera más vida.

Saqué de mi bolsillo una barra de cereal; traté de disimularla para no llamar la atención.
Me di algunas vueltas por la ciudad, y me di cuenta que muchas de las calles tenían unos nombres extraños… más que extraños, eran poco comunes, ya que mantenían nombres como “Los zapateros”, “Los sastres”, y toda clase de especialidad relacionada con la artesanía.

Cuando ya se estaba poniendo oscuro, muchas personas se dirigieron a sus casas. El aspecto de la ciudad había cambiado; todo se había convertido en silencio. Noté que algunos hombres habían salido a hacer guardia; otros, subían rápidamente por una enorme torre de vigilancia. No había alumbrado, así que tenían que cada uno llevar su propia antorcha.

Tenía miedo, estaba empezando a sudar del terror. De repente, mi visión se empezó a bloquear, sentía que me iba… cada vez me iba más. No sé cómo lograr despertar, pero lo hice; estaba nuevamente en la horrible y espeluznante cámara del laboratorio.

Éste, es un viaje ficticio que realicé a través del tiempo.

Colaboración de Valentina Adriana
Chile