Querido diario; el día de hoy fue como volver a nacer, algo extraño pero emocionante, cuando desperté creí que todavía era de madrugada, no me había dado cuenta que me habían cortado la luz, ya que no había pagado; aunque no tardé en darme cuenta, para ese entonces ya era demasiado tarde para salir corriendo al trabajo, así que decidí llamar a mi jefe, para ver si podía seducirlo de alguna manera con el fin de conservar mi empleo, me fue imposible hacerlo, al parecer también me suspendieron el teléfono, me puse a llorar por algunos minutos, como si esto resolviera mis problemas…

Me di cuenta que eso no iba a suceder, me limpié la cara y salí en busca de mi felicidad, cuando ya llevaba un tiempo divagando por la calle, aún más por mi mente; me sentí sola y saqué mi celular, con la intención de conseguir compañía, pero cada nombre que pasaba por la pantalla, no era más que sólo el de algún compañero o una amiga con la que no contaba ya que se encontraba ocupada; estaba por desistir cuando apareció el nombre de un viejo amigo que dejé de ver hace algunos años, me llegaron buenos recuerdos…

Me vino a la mente que a él le encantaba ponerse sus audífonos, poner una buena rola, subirle al volumen y alejarse de este mundo, otras veces salía al parque que estaba entre su casa y la mía, se sentaba en la fuente, siempre llevaba algún libro y parecía leerlo pero no era así ya que cuando iba a ese lugar era porque estaba de mal humor o enojado, a veces porque se sentía menospreciado, yo llegaba y lo mojaba para que se alegrara un poco; después le recordaba que tenía una familia que lo apoyaban y lo querían…

También Rosa, Santiago, Roberto, Fernanda y por supuesto yo siempre estábamos con él; recuerdo como nos divertíamos, pasábamos grandes momentos en aquel parque. Todos íbamos a la misma escuela, tomábamos el camión en la esquina de mi casa y hacíamos media hora de recorrido para llegar a nuestro destino; nunca nos aburríamos, algunas veces imitábamos a los maestros, el maestro Luis era muy divertido y siempre nos enseñaba algo nuevo; recuerdo que Mauricio no era muy responsable con sus obligaciones…

Creo que no lo hacía a propósito, pero él decía que no lo podía evitar o tal vez no sabía cómo hacerlo, sólo debía de poner de su tiempo y disponibilidad; él no tenía mucha fe en Dios, no sé si se sentía abandonado por el o sólo no le agradaba la idea. ¿Qué habrá sido de Mauricio en estos cinco años?, para no quedarme con la duda me decidí a llamarlo pero sonó y sonó y nadie contestó; busqué el número de la casa de su madre y ella me dijo que el año pasado él había tomado su motocicleta para ir en busca de la felicidad, pero sólo encontró la muerte al estrellarse contra un tráiler del que el chofer se había quedado dormido…

Esta noticia me hizo sentir un gran sentimiento de tristeza y soledad, luego de algunas horas de llorar y pensar, me di cuenta que no debí salir en busca de mi felicidad ni Mauricio; ya que la felicidad llega sin tener que buscarla, lo hace cuando menos lo esperas, aparece como esperanza en aquellos momentos que crees que todo está por derrumbarse; así es como la felicidad nos devuelve a la vida, lamentablemente ya no lo hará con la de Mauricio.

Recuerdo que él quería viajar a Venecia, era más que sólo un sueño, era como una promesa que se había hecho el mismo, ahora yo la cumpliré por él... esto por hoy que descanses querido diario
Posdata: Mauricio nunca te olvidaré...

Con cariño Alejandra.

Colaboración de Charlie Orendain
México