Un día dijo alguien que la inmadurez va acompañada de actitudes de niños, ¿ y quién asegura que sea exactamente el inmaduro o inmadura? ¿Acaso no son los adultos los inmaduros que permiten que factores muy externos al ser humano los vuelva rígidos y cuadrados?
Aquellos adultos inmaduros que se matan trabajando, que olvidan dar los buenos días a su madre, un beso a sus hijos, una flor a la mujer que ama… aquellos que se pierden en la bruma de la sociedad devastadora de valores, quien haya pensado que el avance tecnológico es un bien para la humanidad tuvo razón, pero, ¿qué tanto bien nos ha dado?
Nos ha dado máquinas, conexiones de redes libres que divulgan atrocidades, los grandes laboratorios industriales, nucleares, infinidades de avances de la tecnología que sorprenden al ser humano, todo esto trajo consigo algo más el efecto consumismo de cada vez querer más para sobrevivir o tener una vida mejor, pues la sociedad se piensa que matando su vida trabajando o queriendo más es feliz o logrará la plena realización.
No, no es así se equivocan. Todo aquello son complementos que si no hubieran existido tampoco estaríamos muertos. La impresionante bruma negra va cubriendo el mundo entero, no permite ver las pequeñas cosas que hacen a un ser realmente humano y completo, el único elemento infinito y renovable en el ser, es el amor. Es mucho más increíble que la tecnología incluso más potente.
Los niños aunque inmaduros como los llaman conocen perfectamente este factor, y es la esencia de la vida, si nos fijamos hasta el más cruel asesino puede perdonar a su víctima, cuantos ejemplos de actos de amor surgen a diario, ponte a pensar y reflexiona sobre ello, ¿al final quien es el que no ha crecido? ¿los niños o los adultos que se creen maduros, y ni siquiera saben apreciar la esencia de la vida?
Colaboración de Yiselda
Paraguay