No sé por qué tu cercanía
me provoca unas ganas inmensas
de abrazarte,
besarte como años atrás,
como cuando decías me amabas
y yo ingenuamente lo creía.
Perfectamente sé que tú
ya no eres mía,
(nunca lo fuiste)
preguntarás que como lo sé,
la respuesta es simple:
lo dice tu mirada,
tu indiferencia,
tus gestos,
tu actuar de meses atrás
y que hoy más que nunca
se corraboran mis sospechas.
Te fuiste alejando poco a poco,
los encuentros fueron cada vez más largos,
las llamadas más escasas,
de las caricias ni que hablar;
dejaste que se enfriara la pasión,
el deseo
y mataste lentamente este amor.
Todo fue premeditado
y llevado a cabo
tal como una receta de cocina,
fue cuestión de tiempo y habilidad.
Y yo aquí estoy tratando
de hacerme a la idea de seguir sin ti.
Es difícil, lo reconozco,
pero no imposible.
Saldré adelante.
Aún hay fuerza,
voluntad
y ganas de vivir plenamente el futuro.