La madre de la casa vieja
abre su grifo
mientras pienso en senos
de niñas
que me amamanten,
que me alimenten y
transformen.
Y mi pensamiento se desvía.
Se va por el grifo de la madre vieja.
De la casa vieja.
La vieja madre se ha callado.
Y llega el montador.
Él piensa sobre mí.
Parece montado.
Sin embargo, yo soy.
Estoy tumbado y soy mujer.
Estoy de pie y soy hombre.
Pido teta cuando estoy tumbado.
Y aparece la vieja madre casa:
"eso no se hace", dice.
Y aparece el montador que monta.
Montado. Piensa sobre mí.
Esta es la historia de los ruidos
de los personajes de mi casa:
la vieja soy, el montador soy,
las nenas de los senos jóvenes...
soy.
Y la noche transcurre lentamente,
y los personajes se mueven de vez en cuando.
Y me amamantan los senos de las nenas.