Te sentí llegar una fría noche de invierno mientras dormía... tuve una extraña sensación de posesión y deseo que se apoderó de mí por unas horas... y solo pedía al cielo no despertar de ese inquietante sueño.
Sentí tus manos recorrer mi piel, tu sudor se depositó en mí como suave lluvia... te sentí alejarte de madrugada y solo rogué volver a verte de nuevo como cada noche, como en un nuevo sueño.
Te amo.