Corazón, corazón. Cómo se empeña
En palpitar tenaz y sin motivo,
Y cómo insiste en mantenerme vivo
Cuando no tengo porvenir ni dueña...
Para qué late el corazon herido,
Para qué quiere seguir adelante,
Si ya todo está hecho; palpitante
Máquina sin razón y sin sentido...
Continúa si aún no has terminado,
Aunque alientas un cuerpo prescindible
Que no tiene ante sí camino alguno.
Fuiste una vez el corazón de uno
Que esperaba a sabiendas lo imposible;
Ahora habitas un ser deshabitado.