Cuantas veces se debe cambiar de correo, de número de teléfono, de dirección, de amigos para dejar el pasado atrás. Lo único que cabe en la maleta son familia directa, hermanos, madre, padre. No se puede dejar todo atrás, cosas como el nombre siempre te acompañan y no es que no se pueda cambiar, pero se deben conservar algunas cosas que te digan quien eres. Quieres y no puedes aislarte, volver a empezar, pero no se puede recuperar la edad, los sueños, la confianza. A quien se le pregunta la manera de olvidar, por qué ocurrieron las cosas, si la culpa es propia o fueron las circunstancias. A Dios, no creo que se interese por lo que pasa en la tierra, en el piso de abajo, si existe, solamente espera el final para juzgarnos desde su trono resplandeciente en el caso de que exista, pero eso solo lo empeora porque he pecado más veces de lo que puedo contar o recordar.