Amigos, sé que estáis ahí.
Os vi al pasar. Os vi de lejos.
Luego de reojo.
Me invitasteis. No diréis que no.
Me invitasteis a quedarme.
A pasar. Y pasé... de largo.
Al pasar ni os miré.
Amigos, sé que estáis ahí.
Y entrar sería enredarme en el enredo.
O disfrutar de él. Enredado... desenredarme.
Desenredado... enredarme.
Me invitasteis a pasar. ¡No diréis que no!
Ya lo he dicho. Sin faltas de ortografía. En domingo.
En domingo, cuando el pecado es más pecado.
O cuando el pecado es menos pecado...
porque es domingo.
¡Amigos! Espero. Paso.
Quedo. Observo. No sé qué decir.
No sé si he dicho de más.
No sé qué más decir. No me decido.
No me desdigo. No me lo digo.
Os lo digo. Me lo callo. Me lo guardo.
Me lo pienso.
Amigos. Podríamos hacer algo,
pero no lo hacemos.
Me quedo escribiendo poemas. Este poema.
Otros poemas. Otras ideas.
Me escondo. Me enorgullezco de mi valentía,
de mi cobardía. Llamadlo como queráis...
De mi tristeza. De mi vergüenza.
No sé qué más decir. Parezco de otro lugar...
Paso. Paso a paso de calle.
Paso y dejo mi aliento. Pero necesito algo más.
Y no lo dejo. Y no lo doy.
Así que este soporte pide disculpas por decepcionarme
ante vosotros. Sin ser responsable. Por ser irresponsable.
Tenía un papel en la mano... para daros... quizá.
Para dejar caer. Y dice lo siguiente (aunque quizá
un día no lo diga más). Jamás tú lo encontrarás.
Pero sí el viento y el momento antes de ser escrito.
Dice el papel ahora:
"¡Quiero darte, basura,
este poema!
¡Quiero darte, suelo,
este escrito para que lo leas!
Para que lo leas.
Aquí pongo lo que soy, que es inagotable.
Aquí estoy, con él. Con el
escrito. Estará
alla donde caiga. Oh, basura.
O suelo, donde suelo pisar.
Ahí quedarán estas palabras.
Para que las leas. Publicadas
en la red. Para que las lean.
Si estas palabras son leídas...
sabrán estas palabras que leídas
son. Que leídas por otro yo,
me refiero. Y si no son leídas
por otro yo nunca... nunca
sabrán lo que es haber sido
leídas. En estas palabras hay
algo que nunca cambia. Ja-
más, en la vida. No sé si en muer-
te, pero en vida jamás. Así
que en lo que a esto respecta...
da igual si son leíadas por otro
yo o si no lo son. Aunque
lo seguro es que estarán contigo,
suelo, basura. Para que las leas...
O ellas a ti."
"¡Amigos, amigo!" (lo pongo entre admiración,
porque no te veo, no te oigo, aunque sé que estáis
cerca, pues os acabo de ver al pasar de largo):
recibí tu mensaje. Y quería quedarme.
Pero pasé de largo. Y no me quedé.
Me vine aquí, donde estoy escribiendo esto.
el anterior texto, pasado. Y el anterior del anterior...
y este... presentes.
Sin embargo. Creo ahora que me invitaste y me quedé.
Me quedé, aunque no de cuerpo presente. Sino de cuerpo intemporal.
Me quedé.