¿Cuando fue la última vez que te despertaste, pensando en hacer realidad palpable tus aspiraciones personales, y profesionales, dormidas deprimidas o agotadas ante tantos obstáculos que pueden superarse? ¿cuando fue la última vez, que recibiste u obsequiaste un abrazo de verdad de esos que no se planifican, y se añoran tanto? como el primer trozo de pastel que nos llevamos a la boca, cuando desconocíamos el riesgo de ser dulce, el riesgo de ser tierno, pero vale la pena correrlo ¿cuando fue la última vez que descubriste un oído receptivo, que escuche tus inquietudes porque le preocupa que extiendas tu horizonte?
¿Cuando fue la última vez, que pudiste desahogarte con un amigo, a prueba de momentos duros, y no un curioso ávido de conocer tu lado débil, para publicarlo? porque para desahogarte, no existe nada más seguro que tu mascota, nuestro libro preferido, o nuestro diario personal ¿cuándo fue la última vez que te dijiste a ti mismo, me quiero como soy alto, delgado, con mi peso, con las limitantes propias de mí edad? porque soy el resultado de mi persistencia argumentada…
Admito que no he logrado todo lo que quería de mi vida, pero me siento tranquilo porque lo intenté todo. Dono a los que vienen detrás de mí, mi tacto, de no preguntar lo que no me corresponde conoce. Les obsequio, mí sutileza para que los torpes que me cuestionan aprendan a ejercitarla. Me quiero libre de esquemas de cualquier tipo porque la creatividad que habita dentro de mí, no tolera que pretendan limitar mi espacio, conceptos erróneos de lo bueno y lo absurdo, que no satisfacen la profundidad de mis neuronas.
Me quiero con la edad que tengo, con los dientes que me faltan, me quiero con mi look muy mío, porque mi imagen la diseño yo, me quiero como soy, ecuánime, discreto, porque todos los que intentan llamar la atención continuamente, quieren exhibir una luz propia que no tienen. Me quiero defendiendo mi criterio, porque quien como yo para saber hacia dónde van mis pasos buenos, mis argumentos mis por qué, me quiero defendiendo mi propia tesis, sobre lo bueno y lo absurdo.
Me quiero como soy compartiendo mi mayor posesión, mi personalidad única, porque no he aprendido a repetir, ni a fingir, lo que no soy, porque mi forma de ser no tiene dos caras. Me quiero compartiendo, mi mayor posesión mi transparencia, de aptitudes, me quiero defendiendo, mi regla de oro, porque para ser tierno con mi prójimo, primero debo ser tierno, conmigo mismo.
Me quiero como soy, defendiendo mi necesidad de respetar a todo lo que respira, porque todo lo que respira merece su propio espacio. Me quiero como soy, respetando la privacidad personal de todos, porque quién soy yo para preguntar por un ayer, por un pasado, en el cual no estuve presente, quién soy yo, para resucitar una cicatriz, que no merece volver a existir, me quiero como soy, ejercitando, el tacto las 24 horas del día.
Colaboración de Lauraliens
Cuba