Hoy tus ojos se han cerrado para siempre,
tus manos inmóviles se quedaron,
tu cuerpo se ha cansado de luchar,
pero tu alma siempre fuerte
desde el cielo nos ha de cuidar.
Bórdame un manto con estrellas,
y así tus manos suaves y tersas
cada noche me han de cuidar.
¡Bórdalo te lo pido!
Como bordamos juntas esas tardes
mientras veíamos las noches llegar.
Bórdalo tan grande,
que no haya lugar en la Tierra
donde no me alcance a cobijar...
Bórdame un manto con estrellas
y siempre a mi lado vas a estar.
Este poema lo escribí tan sólo horas después de enterarme que mi abuelita había fallecido. Cuando era niña ella me enseñó a bordar y por los grandes recuerdos que tengo de ese tiempo, le pido que me borde un manto de estrellas para poder sentirla más cerca siempre.
Colaboración de Okaydí
México