Hay una gota de agua en mi mano
resbala hasta encauzarse
en la línea de la vida.
Me recorre en silencio
desde mi principio hasta mi fin.
Hay un universo transparente en mi mano
que deja un reguero de agonía
que evapora su alma volátil
legándome un pozo invisible
que quiero beber
para llenarme de estrellas
que me señalen en el infinito
como una constelación silenciosa.
Colaboración de
Rafael Becerra
España