En esas horas tan largas y sombrías,
cuando tu ausencia es mi torturante compañía,
puedo ver tu ingenua y etérea figura varonil,
en esta luna impasible de cristal y plata fría.
Apareces cauteloso, mirándome ajeno
delante de mis tristes ojos,
cuando mi mente
en abatida agonía,
evoca el recuerdo mutilante de tu cuerpo;
en este efímero espejo muerto
y sin vida.
Y me aferro a tu imagen viril,
deseándote en mis adentros,
sabiendo que en esta noche amarga
no vendrías;
y sólo me acompaña
en este violento insomnio,
tu aguda y angustiante alusión.
En este crepúsculo que todavía es lento en sus horas,
siento cercana la sombra de tu cuerpo,
metiéndose implacable entre mis poros,
robándome la vida sutilmente;
y dejando sin suspiros el fondo de mi piel,
arrebatándome el alma casi muerta,
casi vacía.
Y mi ser se extravía, en la sombra de tu recuerdo
al erizarse mi carne y mi capullo, con el sudor de tu figura
que se desvanece inquieta y se escabulle de mis manos.
Estas manos que al tenerte,
cobran vida, enloquecidas
y mueren
cuando tú no estás conmigo,
y sólo tengo tu ilusión
para vivir sintiéndome
por ti vencida.
Y yo he quedado en esta noche de cruel melancolía,
con el alma vacía,
y la vida suspendida
en el vaivén desnudo de unas manos;
que no son las tuyas, si no son las mías
que van de los botones de mis pechos,
húmedos del aliento tu sombra.
Recorriendo sin descanso,
El mapa de mi cuerpo, buscando tu fragancia
y llegan sigilosas a mi Venus,
llevándose en su cuenco, el capullo fresco
de mí esencia.
Cuando las horas se han detenido insistentes,
torturando mi mente, ávida de ti
mientras en este nocturno tormento de soledad;
me quedo yo con las entrañas enrarecidas,
anhelando tú presencia firme frente a mí,
sabiendo inútilmente que no estas aquí.
Que este un espejo que no responde,
que está muerto cuando en el te veo,
con tu sombra que no me toca,
que palidece.
En estas cuatro paredes,
nos hemos quedado a solas
esta larga noche, otra noche más,
haciendo una vez más el amor,
entre nosotros, el espejo…
tu sombra, y yo.
Este poema nació una noche de soledad teniendo tan sólo la compañía de un espejo y una sombra haciéndome una sola pregunta ¿Qué haría esta noche si tú no estuvieras?
Colaboración de
Irazema
México