Si yo hubiera tenido un hijo, tan
solo le hubiera dado un consejo.
Un único consejo: dalo todo,
regala todo tu tiempo, entrega toda
tu energía a los demás, da
siempre, aunque creas que no
tienes, da, entrega, regala sin
esperar nada a cambio.
Y cuando creas que estás vacío,
que nada te queda, entrégate tú mismo
generosamente sin pedir nada,
siempre, en cada momento, no
importa lo cansado que estés o lo
que necesites, hijo mío, sigue
dando, regalando, obsequiando sin
esperar recompensa.
Si lo haces,
así descubrirás toda la sabiduría
de los siglos, ninguna duda
albergará tu mente y conocerás
los misterios más ocultos.
Todo el Universo será para ti como un
libro abierto que no necesitarás
leer ya que te susurrará al oído no
lo que quieras oír, sino lo que
necesites escuchar en cada
momento de tu vida.
Tendrás un don irreemplazable, una claridad
en tu mente que te guiará en tu
camino. Hijo mío: te juro por mi
honor y mi memoria que nunca te
faltará de nada, que nunca pasarás
necesidades, que el mundo será
para ti un lugar maravilloso,
porque tuyo será todo lo que
necesites.
Nada te faltará.
Haz lo que te digo
y te será entregado un tesoro.
Simplemente, hazlo.
Colaboración de Marcos Corujo Marcos
España