Amo los colores de la vida, el poder y la fuerza de los versos.
Amo al ocio que me permite construir y replantearme.
Amo a la desnudez que me enseña a aceptarme, tal cual soy.
Amo a las personas que aún habiendo emigrado lejos, de cuando en vez se acuerdan de mí.
Amo las estaciones de la vida y las miradas que lo dicen todo, con el profundo sentimiento de sus silencios.
Amo a quienes nos han compartido con amor sus versos y nos enseñaron a soñar, para crear metáforas creativas.