Ha caído el mundo y los hombres sangran su pútrida miseria.
En tiempos de religiones olvidadas, y dioses sin nombre.
Danzan las dríadas, celebrando el odio alrededor de un caldero.
Cantan ángeles caídos, sobre el amor como un tributo a su muerte.
Y sobre el cielo rojo; gárgolas contemplan los rituales del demonio.
Ha caído el mundo, ¡larga vida al mundo!