El amor es más que un beso, que una caricia o que "eso" que sientes cuando ves o sientes a alguien del sexo opuesto que te atrae físicamente y ya crees que es. El verdadero amor es luz, es ternura, es libertad, confianza y tiene un dulce sabor a eternidad.
El verdadero amor no te cansa, no te lastima ni te causa lágrimas, no tienes que esforzarte por alcanzarlo porque él no va, el viene a tu encuentro, te abraza, entra a tu corazón y jamás se va. Él llena de luz tus ojos y dibuja una gran sonrisa en tu rostro.
El verdadero amor no te exige nada, solo es. Y no se irá cuando tu cuerpo envejezca, cuando él habita en ti. Tú siempre verás con los ojos del alma a ese ser y resistirán los embates más intensos del devenir de la vida y de los tiempos.
El verdadero amor lo puedes encontrar en tus padres, hijos, hermanos de sangre, en tu pareja, en la Creación de Dios y también en esos amigos que se convierten en hermanos del alma. El amor no tiene una doble cara, es auténtico, maravilloso y no tiene una fecha de caducidad.
Texto escrito por Laura y por mí.
Colaboración de ELIMA
México