Fue característica de usted
ser de carácter muy fuerte,
exigente casi siempre
y a veces intransigente.
Quiso educarnos muy bien
a veces exageraba,
quiero creer que pensaba
que lo hacía por nuestro bien.
No recibimos cariño
no fuimos sus consentidos,
nos trató como a extraños
no fuimos ni sus amigos.
Tal vez fue su educación
o su forma de pensar,
si sentía algo de cariño,
no lo supo demostrar.
No conocimos más padre
que el que vivió en nuestra casa,
no tuvimos otra imagen
la de usted fue imborrable.
No quiso usted conocernos
tal vez no pudo querernos,
no quiso usted esforzarse
por tratar de comprendernos.
No nos aceptó en su vida
nos robó su compañía,
poco le importó al marcharse
dejar su lugar vacío.
No quiso ya compartir
con mi madre los problemas,
fue mas fácil alejarse
y de todos olvidarse.
Hoy el tiempo ha pasado
muchas cosas han cambiado,
los años pasan y usted
no tiene quien lo acompañe.
Ahora cree necesitarnos
nos reclama compañía,
nos pide que lo veamos
de vez en cuando, algún día.
Usted se encuentra muy solo
eso lo sabemos bien,
pero se cosecha poco
cuando no se siembra bien.
Siento gran melancolía
cuando me acuerdo de usted,
me invade una gran nostalgia
por lo que no pudo ser.
Tal vez llegue algún día
en que esté usted convencido,
que aunque no fuimos unidos
a usted siempre lo quisimos.
Pues en nuestra vida no hubo
quien ocupara el lugar,
que por designios de Dios
a usted le tocó ocupar.
Colaboración de Rosalinda Cervantes
México