Maestro con mil defectos
con génes incomparables
único sabio todo un genio
me regaló Dios a mí.
De elegir no elegiría a otro
orgullosa de tu ser me formé
grábandome a viva imagen
por todo lo que te amé
Te sentí hasta tu fin
con fuerza y sabiduría
tomando fuerte mi mano
dejándome algarabía
Te extraño a mí pesar
porque soy muy egoísta
sabiendo que te encontrás
donde no existe el mal.
Allá voy... espérame por piedad.